Implosiona
la piedra que sangra
sobre la madrugada antigua
primera
extinta
el metal herido
brota desde la oscura mano
del vacío sagrado
vuelvo a degollarme
en el campanario más alto
donde viven los desamparados
donde viven los desamparados
duerme el bosque
que en secreto
se abandona a la herida
(late virgen la cumbre
y yo tampoco despierto)
baja desde las montañas
agua y cicatrices puras
que nunca mojan mi pecho
vuelvo a ahogarme
en el mar más frío
trotan cuesta abajo
saltando de piedra en piedra
los locos del cielo
vuelvo a esconderme
en la cueva donde se oyó
el primer lamento
y aún así
todas las noches
vuelvo siendo
vuelvo siendo
el hijo bastardo de la lluvia.
Oteiza |