domingo, 23 de abril de 2017

VIDAS DE SANTOS: SAN VLADIMIRO SVIATOSLÁVICH EL GRANDE

cebollas articuladas
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cebollas articuladas.

Bellini

lunes, 17 de abril de 2017

TU COÑO ES MI DROGA (Santa Teresa de Ávila)

No sé si necesito escribir un poema, saltar por la ventana o hacerme una paja. O todas a la vez.

Allí a lo lejos, donde tu pelo converge con la muerte, veo a Dios cojear.

Todos los días, a las 3 de la mañana, me tumbo en el tejado para que las estrellas húmedas que supuran de tu pecho me muerdan la sangre.

En tu foto de Whatsapp he visto cómo temblaba el ocaso después de meterse una pastilla de MDMA.

Por la calle las gitanas van diciendo que has hecho despertar del coma a los 6 ángeles de barro que danzaban detrás de la iglesia.

Madrugada: llagas en la tierra. Soledad y olvido: colmillos de llanto. Pulmones de santos en la luna.

Dios, totalmente drogado y nervioso, repta por tus ojos hasta acurrucarse en lugar donde nació el tiempo.

Tengo una sed bastarda y tú me escupes el infinito a la lengua porque yo soy la paloma negra que vive debajo de tu cama.

Me gustaría beber una gota de tu sudor para desplomarme absolutamente borracho en tu regazo.

Me tomo una pastilla de oscuridad mientras me tumbo en tus pulmones y me duermo justo antes de que la eternidad se desgarre por tu cuello.

[Editado mientras evitaba tu mirada]

Manolo Millares

lunes, 3 de abril de 2017

άσπρο δάσος

Hace unas cuantas noches me arrastré por la Vía Dolorosa.
Santa Compaña del desamparo.
Gelatina negra chorreando de mis costillas.
Me mordiste la tráquea y me pediste leche y pan.
Me susurraste al oído que me iban a crucificar.
                Fuego estéril que descansa en tus labios.
                Tus manos supuraban sombras blandas.
Te oí hablar con Dios, con Tiziano y con Bach.
Me intentaste asfixiar varias veces hasta que por fin me tragué tus ojos y desgarraron todos mis órganos internos.
                Tendones. Ansiedad. Agua bendita.
                Esculpo el escalofrío que perdiste.
Tienes un cuchillo y quieres propagar la fe:
ataraxia y silencio.
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Bajas trotando por la Patagonia pero sólo soy un recién nacido y los cascos de tu caballo revientan mi pecho creando colores hasta ahora desconocidos.
                Prender fuego a La Flagelación de Piero.
                Dientes de gasolina. Diez mil sacrificios en las montañas de Buda.
Me regalarás tus venas y con ellas haré una soga.
Me colgaré de la Capilla Sixtina. Me colgaré de todas las vigas del mundo. Me colgaré de tus pestañas.
Viviré escondido debajo de tu lengua.
Nunca sabré que he nacido.
                Sal pura derrite mis huesos.
                Apaga tus cigarros de amargura en mi sed.
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Tempestad y agonía:
tu voz suena tierna y cruda aquí adentro. 

Lucio Fontana