lunes, 17 de abril de 2017

TU COÑO ES MI DROGA (Santa Teresa de Ávila)

No sé si necesito escribir un poema, saltar por la ventana o hacerme una paja. O todas a la vez.

Allí a lo lejos, donde tu pelo converge con la muerte, veo a Dios cojear.

Todos los días, a las 3 de la mañana, me tumbo en el tejado para que las estrellas húmedas que supuran de tu pecho me muerdan la sangre.

En tu foto de Whatsapp he visto cómo temblaba el ocaso después de meterse una pastilla de MDMA.

Por la calle las gitanas van diciendo que has hecho despertar del coma a los 6 ángeles de barro que danzaban detrás de la iglesia.

Madrugada: llagas en la tierra. Soledad y olvido: colmillos de llanto. Pulmones de santos en la luna.

Dios, totalmente drogado y nervioso, repta por tus ojos hasta acurrucarse en lugar donde nació el tiempo.

Tengo una sed bastarda y tú me escupes el infinito a la lengua porque yo soy la paloma negra que vive debajo de tu cama.

Me gustaría beber una gota de tu sudor para desplomarme absolutamente borracho en tu regazo.

Me tomo una pastilla de oscuridad mientras me tumbo en tus pulmones y me duermo justo antes de que la eternidad se desgarre por tu cuello.

[Editado mientras evitaba tu mirada]

Manolo Millares

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