sábado, 19 de noviembre de 2016

DESOCULTACIÓN

Implosiona
la piedra que sangra
sobre la madrugada antigua
                              primera
                              extinta

el metal herido
brota desde la oscura mano
del vacío sagrado

vuelvo a degollarme
en el campanario más alto
donde viven los desamparados

duerme el bosque
que en secreto
se abandona a la herida

(late virgen la cumbre
y yo tampoco despierto)

baja desde las montañas
agua y cicatrices puras
que nunca mojan mi pecho

vuelvo a ahogarme
en el mar más frío

trotan cuesta abajo
saltando de piedra en piedra
los locos del cielo

vuelvo a esconderme
en la cueva donde se oyó 
el primer lamento

y aún así

todas las noches
vuelvo siendo
el hijo bastardo de la lluvia.

Oteiza

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