El prólogo
De una novela
Que sólo por el autor
Fue leída
La revolución
De unas flores
Que para sus raíces
Pidieron agua
La carta
Por ti mismo escrita
Que nunca
Salió de tu casa
Los gritos
Que un joven obrero
En aquella oscura celda
Expulsó
El dolor
De aquellos
Que en el olvido
Cayeron.
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