martes, 21 de julio de 2015

POLÍGONO

Las sirenas del viento
que trotan desnudas por la locura,
se emborrachan con la luz de la luna
y bailan rumbas en el infierno
¡Gitanas de las barra del bar,
camareras y piratas!
Esnifan la resaca de las estrellas
y venden niebla en la puerta de un McDonalds.
Sí, son ellas,
hijas de la tormenta, diosas del porno,
pestañas postizas y latas de cerveza.
Pero, sólo yo las conozco,
las invoco
una a una
cada noche
para que entren por la ventana de mi habitación
y se ahorquen en tu última mirada
para renacer
en los veranos eternos
que tus labios me juraron.


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