Good morning Yalté.
Gritan las calles y enfurecen las fieras que nunca fueron
domadas. Desesperación de soberbia. Moribundos sueños agitándose, incautos del
peligro por mentes pesadas e inamovibles.
Monstruosos genios de hierro que yacen acompañados de una
larga marcha fúnebre de Wagner. Desembarcan en buen puerto los hombres y
mujeres que portan una necesidad, por algunos llamada inhumana, de saciar su
lúcido afán de placer. Carnívoros y relajantes deseos e ídolos que provocan en
los demás un excitante motor de alegría, de felicidad.
Adelanto mi visión nublada por el denso humo de mi cigarro.
Aparto banderas y líderes de mis ojos creando la más perfecta armonía de
amor-odio, miedo-deseo. El límite del escalofrío es lo suficientemente
asombroso como para despertar la más mínima intención de sumergir mi alma en la
jungla de asfalto. Hoy me quedo en casa.
Good night Yalté.
No hay comentarios:
Publicar un comentario