jueves, 26 de marzo de 2015

NO RIÁIS EN CAFÉS DE LA PERIFERIA PARISINA

Ojeras desmayadas por derretidas arenas
La pradera del perro sin ojos y sin zapatos
Toso bicicletas sin miedo a desmesuras
Cárgame de raíces cuando la tinta duerma
Música en pequeñas estatuas de azufre
Pestañas desgarradas y sudorosas mentes
Cuelga del árbol aquella espantosa marcha
Que se enciendan todas las feas palomas
No robes en mi escuálido templo rojo
Colgantes de perfume en reinos marroquís
Chupa todas las saladas piedras de marfil
No nades en encías de desiertos de gasolina
Llama al príncipe de la hueca miseria greca
Profana toda temprana alcantarilla sangrienta
Es difícil pintar la fría pasarela del alma de cristal
Bozales en minotauros llenos de granos de piedad.


1 comentario:

  1. cóctel definitivo de un tubérculo que oh DIOSES ME CAGO EN LA PUTA! proliferan en el desierto lágrimas de lima, naranja y helado de chocolate.
    P.D: El acueducto llora a la salida.

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