me tengo que ir
de la comisura de mis cicatrices,
de la tibia brecha de lo exacto,
del reloj y del wifi.
debo vender
un cáncer que me arranco
en los pliegues de un domingo
para pagar
el taxi, el avión y el hotel.
antes de irme
tengo que desparasitar mi impulso
lavarlo con jabón de cianuro
y quemar con una lupa
unas cuantas hormigas.
espero volver para el medio día
lleno de regalos y enfermedades
con una novela inacabada
y una lagartija disecada.
si para entonces no he llegado,
no os preocupéis,
os dejo como herencia este poema
y el tóxico beso de la libertad.
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