domingo, 22 de noviembre de 2015

2:36 (EGO DE ERRATAS)

hasta que sepáis quién soy, quiero que me conozcáis como alguien perseguido por el toro blanco de los abismos. trabajo en los turnos de noche. se me ha visto ejerciendo como puta, campesino, actor secundario, ama de casa cansada o pandillero en detroit. en verano, subo al tejado de las casas y me emborracho. en otoño me escondo en las alcantarillas de londres y escribo óperas sobre la soledad. nunca he probado la primavera. nací y morí en noches como la de hoy. y como la de mañana. si queréis conocer mi textura y mi olor escupid en el suelo del vacío y restregaos por él. no soy más que huellas en el barro o un tiro en la nuca a la eternidad. una patada en los huevos al infinito. cuando me aburro, viajo hasta nueva york y duermo entre vagabundos del metro. mis ojos están hechos de rituales celtas o de violaciones en bangladesh. he lamido el coño de las musas. he saciado mi sed con su sudor. si queréis saber qué hay dentro de mí, debéis primero recorrer los volcanes de sangre de gallina que crecen debajo del mar. miradlos y acariciadlos. masturbaos en su cráter y bebed de su magma. no seáis tímidos. abalanzaos sobre mi corazón y mis pulmones. descolgaos por mis venas. no me importa. yo seguiré virgen e incoloro. pero, como una enfermedad venérea, ya estaré dentro de vosotros.

***

las madrugadas huelen a periódico caliente. la chimenea recoge nuestras voces y nuestros orgasmos y se las guarda en un frasco de humo. las camareras y los poetas se van a dormir. hormigas blancas suben por las paredes. cabizbajos los deseos. al final del camino nadie tiene miedo. menos yo. recojo del suelo unas monedas y me compro una botella de whisky. me voy al bosque. me tumbo en todas las piedras y me baño en todos los ríos. canto con el musgo. acaricio esclavos y apátridas. algunos dicen que me llegué a atar con mi cordón umbilical a los árboles. jugué con los hurones de hojalata. nadie sabía mi nombre y todos me ignoraban. escribí una biblia para las moscas. estaba desnudo y lleno de furia. ni yo mismo me pertenecía.

***

la lluvia paró
y
todos volvimos a nuestras casas.

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