domingo, 8 de noviembre de 2015

ARQUITECTO DE LA VIDA MODERNA

la noche se tropezó con mi lengua
elegí colores que nadie conocía
y pinté una ciudad enorme
después la partí en rodajas
para bebérmela con whisky y coca cola
mientras sus ciudadanos
(recién creados)
gritaban de horror
¡cómo latían!
¡cómo vibraban!
¡qué miedo!
empecé a dar coces
¡dejadme en paz!
¡soy un gato!
mi espalda estaba recubierta con una costra negra
…de dénver a parís…
saqué mi revólver
y…
azulejos
arañas
siluetas
¡qué suerte!
-amazona de mi piel
jinete de tus venas…-
bajé corriendo
con toda mi fuerza
por las murallas de silicona
que yo mismo
acababa de esculpir
¡tabique de cirrosis!
fuimos marionetas
¿te acuerdas?
¡que muevan nuestros hilos!
¡que lloren nuestras sombras!
y para terminar…
una siesta en el campanario de la catedral
con pianos
con áfrica…
tuvo suerte mi mandíbula
mi tarántula
y
mi médula.
os lo juro
creo que eso fue
lo que de verdad pasó
con la ciudad
que ahora todos veis.

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