En el dogma de los baños, acurrucada en la sintética humedad
Oyendo la bresca en el carril bici, cóctel de barbitúricos
Kermés en la calle, el detergente sale de su boca en forma
de espuma
La niebla creando gresca en el espejo, la vetustez de los
hombres con casco
Bataneando con imágenes incoloras, estornudos espesos y
arlequinescos
Una Mochila llena de LSD, la nieve haciéndose virgen en el
lavabo
La Paz viene vestida de rojo, la cápsula azul, el cementerio
de elefantes
Botas nervioso y eterno, las 40 campañas electorales sobre
tu sonrisa tallada en fuego
Guiándose hasta la puerta, a cuatro patas, el terremoto de
los arcángeles
El vudú más terrorífico, el río naranja de Chicago.
Por fin, andando erecta por los parques de los pícaros,
sirvientes negros en su suburbio
Mascando chicle hecho de perfume, la hojalata de su mirada
Pensando en su próximo viaje, mientras, acampando desnuda en
el metro de Detroit.
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