A mí que me llaman el rey de la abulia, que me arrellano en increíbles
días de resaca
Que escucho a Charlie Parker con la palabra “Entrada”
marcada en mi muñeca
Con el odre lleno de escaparates, un judío fascista vende mi
estro en el infierno
Badulaques intentan decirme si soy apto o no, esconden un
glutinoso diploma
Soñando Rosebud
encallado en mi sofá, La Lechera viene a mi mente con ojos de marfil
El escarnio de la cometa, una jukebox de cristal rodeada de
antorchas
Exiguo de aprehensiones académicas, diáfano como los cojones
de Fermín Muguruza
“… recuerdo cuando
todo esto me resultaba constructivo, inspirador y educativo...”
Tengo un grano de pus en la melancolía, espero que dimitan
los lunes
Expatriado de vuestra moral burguesa, votaré al partido que
ilegalice madrugar
Tendré que acabar el sinuoso patxarán, la behetría llamada
democracia
Las esquelas de 40 niños palestinos en el periódico de
Pandora, las groserías del sarasa
Ayer desayuné una Coca-Cola llena de veneno, confundido con
la nueva dueña de mi polla
Me casaré con el pez más gordo del FBI, “… así es la vida, te puedes acatarrar…”.
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