martes, 12 de mayo de 2015

NADIE DIJO QUE ESTAR MUERTO FUESE DIVERTIDO

La oquedad de los huesos, marihuana como adminículo
El quechua que soñó cicuta, holgazaneando sobre el césped de los templos
El rezongar del poder, Las Vegas en mi maletero
Ennio Morricone desnudo y asustado, el amor de mi madre
La negación del éxtasis, nauseabundo intentando salir por la puerta de mi clase
Los coyotes aullando a la luz del flexo, canicas volando libres por vuestras erecciones
El sardónico faro ilumina mi camino a casa; raspado, repugnante e infeliz
No hay fantasiosos nubarrones, vagaroso, con un gran poema en la mente
Abro la venérea puerta de mi habitación, fatigados gigantes llenos de grietas
Otro día más en la vida del trillado; el más triste de todos los pintores.


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