lunes, 6 de abril de 2015

EL TALMUD DE LA NOCHE

Estampamos nuestra firma
En calles del Gran Hombre Callado
Cuando gritan y bailan los titiriteros
Y la iglesia arde con arcángeles de la locura.

Gente lloraba, sangraba, huía
El dormido Arzobispo del alcohol
Salta sobre el saxofonista del alma,
Rompe con las monedas del hastío
Y mueve sus pequeñas pestañas sobre mis muertos días.

Cabalgabas sobre tu gran río de belleza
Sentías el cuchillo de los viejos templos de la pureza
Sobre las astilladas mentes de lo oscuro,
Estúpido diácono ebrio.


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