Enfermo de lepras aún no inventadas
Mártir del desprecio de los blancos lobos al morir
Mira la lírica de ese acordeonista, no es más que sueño
Andy Warhol era un negro con una brocha imaginaria en su
culo
Dictadores y graffiteros colándose en la universidad de la
noche
Afrodisíaca percusión en restaurantes del refinado vómito del
oráculo
Diáconos de infinitas personalidades pidiendo diosas con las
que dormir
Himnos y patrias volando sobre el gran relámpago musulmán
Ilusionistas romanos sin manos y con muecas propias del dadaísmo
Detectives del talento en tapizados divanes del desierto de
las momias
Puentes, alfileres y el recuerdo del silencio.
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