Sería bello morir en el gran oboe del trovador
Cuando los gritos de auxilio pasen a ser un pequeño oasis de
putrefacta bilis por las viejas galerías de París
Estallando en poesía todo faquir hambriento y escuálido a lomos
de la oscura melancolía
Sería bello dormir entre tus asfixiantes lamentos
Cuando sólo huye el feo huérfano de pies descalzos por los
raíles del suicidio
Adorado por hechiceros eyaculadores de peyote en grandes
cuevas capicúas
Sería bello travestir al rápido verdugo de tu guadaña
Cuando maldicen los párrocos en noches del deseo y la
nauseabunda sodomía de los gitanos sin brazos practica en onanismo
Lamiendo con semen la escalera que conduce a la demencia
Sería bello gruñir al estúpido juez de la mente
Cuando la hez del acróbata se convierte en vianda para
obesos dioses del prostíbulo del Olimpo
Recitando sarnosas profecías del corsario de tu propio
averno.
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