Un ángel sin cabeza ha follado mi boca y me hace temblar en
las noches de zafiro donde Dios vomita oscuridad
Un catatónico escalofrío golpea mi cuerpo cuando es suicidio
el futuro y la Eternidad
Lloran mis eyaculaciones sin flotar en el rio de las estrellas
ebrias de poesía
¡El maestro cazador alemán santifica el pozo sin ojos de
nuestro dolor!
Mi alma se droga con mi mente sin pasar por los peores
hospitales del Club de Jazz del Infierno
Mientras las radios escupen rayos de luz Lucreciana
castrando uno por uno todos los niños y granjeros que gritan en las
parroquiales calles
Sangran mis zapatos mientras rezan a la nieve profecías
mahometanas sin saber que Moloch me dio parte de su hipnotismo
Agujereadas y destruidas mentes de la cantina del gato, pidiendo
perdón, juegan con serafines de la barca de Caronte a colgarse por histéricos
cuerpos académicos
Las calaveras cantan a la luna de bilis ruido de los
adoquines del dólar, sollozando el peor pus de Nostradamus
Intelecto quemado en el cementerio de Calígula
Orugas en las ventanas de las universidades, mientras escupo
por las murallas
Muerte de las etnias más oscuras.
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