miércoles, 22 de abril de 2015

MIENTRAS LA ORINA DEL PIANISTA LLEGA AL MAR

40 días encerrado en mi oscura habitación, siniestra locura
Paredes de psicodelia muerta
Miles de violines aburridos en los autobuses
Ríos afganos y poco profundos manchados de vagabundos
Morfinómanos muchachos asesinando palabras
Jarras y botellas de suicidio paseando por la calavera
Montañas de perfumes de poetas muertos bebiendo piojos con corbata
Las calles de exquisito mármol gritando jazz y escaleras presocráticas
Horribles guitarristas y bufones con cabeza de miseria
Carruajes de casas y balcones pidiendo sexo en Tánger
Plantaciones del averno y ojos de la endogamia más quebradiza
Llagas en los pantalones pintados con simbología azteca
Y mientras, tú, en la ebria librería de la hormiga llorando páginas pegadas.


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